viernes, 24 de septiembre de 2010

Mudar

Me asomo a la celosía. El café hierve en la taza de mis agujeros negros. De pronto el universo se resume solo a esto. Una luna opaca reflejando un silencio que se sigue escapando con el humo. No te escondas de mí… Repíteme… Pero no como esa sombra que arrastramos todos hacia la nada. Repíteme como esa extenuante y bulliciosa carcajada en que se sumen los cuerpos cuando logran fusionar una a una sus células. Olvida el tiempo esperando. No hay paso que se diga desperdicio porque todo a una nos lleva a este óbice. El de mudar y demudar constantemente. Sintiéndonos otros a cada instante. Por eso nos asimos de la corporeidad. Porque su tangibilidad nos da la leve e ilusa pretensión de pertenecernos al menos un instante. Repíteme… Limpiemos las palabras sobre nosotros. Ayúdame a ver que de nuevo, hay estrellas sobre la tierra. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario