viernes, 24 de septiembre de 2010

Mudar

Me asomo a la celosía. El café hierve en la taza de mis agujeros negros. De pronto el universo se resume solo a esto. Una luna opaca reflejando un silencio que se sigue escapando con el humo. No te escondas de mí… Repíteme… Pero no como esa sombra que arrastramos todos hacia la nada. Repíteme como esa extenuante y bulliciosa carcajada en que se sumen los cuerpos cuando logran fusionar una a una sus células. Olvida el tiempo esperando. No hay paso que se diga desperdicio porque todo a una nos lleva a este óbice. El de mudar y demudar constantemente. Sintiéndonos otros a cada instante. Por eso nos asimos de la corporeidad. Porque su tangibilidad nos da la leve e ilusa pretensión de pertenecernos al menos un instante. Repíteme… Limpiemos las palabras sobre nosotros. Ayúdame a ver que de nuevo, hay estrellas sobre la tierra. 


Reflexión...

Si...estamos enredados, como pequeñas hojas de una madreselva pretendiendo ser únicas, y solas, desprendidas, de la delgada y vulnerable liana que nos sostiene, y contiene. Aserruchamos con nuestras curiosas y afiladas orillas el tallo del otro, que como gusano que no quiere dejar el caracol, continúa creciendo y extendiéndose cada vez, punza y se alarga, se retrotrae, y explosiona amenazando de verde, a carmesí otoñal.

La verdad juega y se mete a contraluz del pasado, como uña, se encarna en los amaneceres de todas y cada una de las edades que como a una espinilla, nos han apretado y exprimido las sienes en búsqueda de una voz, un hombre, una mujer, una idea con olor a sexo ascendente, sábanas duras con semen seco, y religiones descendentes.

Hemos ido cayendo lentamente en ruidosa gotera sobre los párpados de los años, nuestros ojos, pegados con lagaña de incertidumbre, han quedado ciegos. Nos hemos mareado, los tres, los dos, los uno, la carne, los casi, los placenta, los nada.

Somos de una región borracha de frío, fermentamos en nuestro propio sudor, nos aferramos a la necedad nostálgica de lo no ocurrido, y acabamos siendo amantes histéricos de papel que ladran por sopaipillas y notas alborotadas de un saxofón alumbrado, en el invierno.

(Por eso la muda de piel con olor desconocido, de ahí la voz que gime y le pone precio a la entre pierna, la significancia de la sombra que se viste de tripas, se envuelve de ausencia, y masturba todos los accesos, y excesos).

martes, 21 de septiembre de 2010

Deberás recordarme


Hoy todo me da vueltas. Tu imagen se me multiplica abstracta como en un calidoscopio. Aun duermes profundamente.  Las sábanas están tan revueltas. Tengo tanta sed. 1:35 de la madrugada. Buen tiempo para salir de este lugar sin que te des cuenta. Debo centrar. Me arrebatas tanto de mí que soy completamente otra cuando estoy contigo. Logras hacerme verter la pasión que escondo tan dentro. Mi ropa. De nuevo vestir este encaje y este púrpura tan distinto de la que soy por las mañanas. Aun está oscuro. Este azul de madrugada no notará que la otra viene dentro de mí. Tu olor lo llevo todo aun. ¿Te acordarás de mí mañana? Regresaste de ese viaje cambiado. Tratamos de encontrarnos los mismos pero ambos somos otros. Aun siento tu mano exploratoria en mi vestido. Cuando desabrochabas muy despacio las ansias. Deberás recordarme de nuevo que es tu boca.  Que es tu calor, el que respira para mí.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Dos nombres y una voz

      El mareo es constante...seguí las instrucciones y tal vez soy demasiado bueno en eso y ahora que te escucho creo que estoy en problemas, me muevo lentamente entre estas paredes, acompañado por unas sombras, mudos testigos de lo que hice hace unas horas, escuchar tu voz en mi cabeza ciertamente es una críptica guía... pero una guía al fin. Un cigarrillo en el suelo coquetea conmigo, obscenamente un encendedor nacarado le acompaña...no lo creo, se me hace familiar el prenderlo, mi garganta se resiste a ser violada etéreamente por ese humo...pasan 1, 2, 3, 4 y 5 segundos y ese rito se me hace demasiado familiar, sentado en el suelo acompañado por mudos papeles y un nombre que no recuerdo, emerge tu voz como único faro en esta tormenta mental ¿por qué siento que tu voz en mi cabeza, me llevará a saber qué pasó?, ¿existe un nexo en todo esto?...una polilla errática buscando la luz golpea una y otra vez la miserable ampolleta...tac.........tac........tac, un ruido seco que taladra mi cabeza en dos compases Ev, Anna, Anna, Ev, Ev... la polilla lentamente cae a mis pies, y el polvo dorado de sus alas evoca en mi cabeza un leve recuerdo... que se esfuma con mi propio nombre, - tal vez esa polilla fue el único testigo de lo que pasó- me digo vencido. Algo en mí, me advierte no recordar... tu voz en cambio me sugiere hacer lo contrario, te creía olvidada Ev...tal vez estoy soñando y esto no tenga validez alguna, ¿este registro mental soy yo usurpando tu voz? ¿O acaso eres tu quien me habla? La ceniza cae en mi mudo pié y se ríe de mí en un "hey no estás soñando", este rompecabezas voluntario o no... es más complejo cada vez, ¿acudo a tu recuerdo para recordar qué es lo que pasó?, con el consiguiente riesgo de querer verte... o ¿me avoco sencillamente a un nombre desconocido? miro el reloj y este burlonamente sonríe y me dice ....son las 13:35

viernes, 17 de septiembre de 2010

Juega

Juega más con ese nombre… Anna… Si de verdad leíste aleatoriamente a lo mejor quedó suelta alguna letra muda de la cual no te apercibiste Anah naha. Quizás una ceja levantada coqueteando de ene a eñe, quizás era “nada”, quizás Alá. Quizás no lo pronunciaste y solo fueron las últimas letras de un texto amplio que esparcías con saliva en alguna parte también húmeda que las borraba. A lo mejor ese ventilador solo era el tiempo de una voz que te tragaba a cierta hora en la que el tiempo se detenía. Quizás tu espera era la que era de papel en el cielo y eras tú su espejismo tumbado de éxtasis. A lo mejor, segundos antes estuve yo en esa silla desvistiendo tu ropa y quizás ella (Anna) revistiendo la mía, y a lo mejor a las dos juntas si nos recuerdes, o quizás si, nos olvidarías. No revises el entorno. Revisa tu cuerpo. Revisa si le han quedado caricias amontonadas en sus más bellas puntas y planicies. Revisa si tienes más brillosos los vellos y un rubor tremendamente sexy en las mejillas. Medita si estas cansado pero con deseos o si tu cuerpo tiembla y se estremece, si padece exceso de calor o escalofríos. Y sabrás que esa espiral era ella, ese alejar era mío, y ese dormitorio, de nadie…

ev

jueves, 16 de septiembre de 2010

13:35

Creo que hace una hora que estoy obsevando que la roja luz digital del reloj que está sobre mi añoso velador se quedó pegado en las 13:35, no recuerdo el porque y creo que es bastante ilógico pensar que un reloj digital se quede pegado en una hora determinada... si se le acaba la batería simplemente se apaga, si fuera un reloj análogo acepto que se quede marcando una hora, pero este reloj se quedó en las 13:35 ¿por qué?, cálculo que esto ocurrió hace una hora...o eso creo, en realidad no lo sé y creo que esa idea se me está repitiendo demasiado...para haber pasado en una hora. Mi dormitorio esta más desordenado que de costumbre, mi traje negro a duras penas se mantiene en equilibrio en una silla, no tuvo tal suerte mi blanca camisa y mi corbata negra...creo que están en el suelo, en la silla noto un cigarrillo que ha muerto en una copa, curioso...yo no fumo. Tengo una sensación de que algo me falta, en realidad no sé que es...lo único que tengo claro es que esto antes no me había pasado, estoy en mi cama y la idea de despertar en un sueño y seguir soñando se me hace enfermizamente recurrente, miro el techo y el ventilador sigue dando vueltas ejecutando un mantra mágico que aumenta este apestante letargo...hace calor busco mi reloj de pulsera y no lo encuentro, en el viejo velador encuentro mi anillo, me levanto, algo frío y sonoro suena bajo mis pies, son hojas de papel, cientos de ellas esparcidas por todo el piso de mi pequeña habitación, empiezo a revisarlas... la brisa del ventilador me recuerda que estoy desnudo, una tenue luz emana de una lampara pero...esa no es mi lampara, empiezo a leer de forma aleatoria..., no es mi letra, tampoco reconozco el lenguaje en que estan escritas las hojas, en todas se repite un nombre, escrito en azul, rojo, negro, verde, escarlata, en tinta inclusive, un nombre de mujer ...Anna. Repito una y otra vez en voz alta ese nombre, tratando de recordar algo, lo único que logro es aumentar esa sensación, esa ausencia, no se qué es, son las 13:35 hrs y yo sigo repitiendo un nombre Anna...

Meir

lunes, 13 de septiembre de 2010

Carta

Mi perra jugosa y adormecida, he crecido en tus manos, has amasado esta imagen, he sido un aprendiz voraz de tu saliva, en ocasiones demasiado ingenuo, demasiado inocente quizás, no obstante, como pupilo que he sido de vos, sabrás que hay ciertas frases que no tienen que ver necesariamente con la realidad, a diferencia tuya, soy libre, no tengo límites en el mentir, o decir lo del momento, que solo es eso, momentos, débiles instantes que se sujetan con tu solo contornear de pantera en celo. Bien conozo tus victorias y secretas frustaciones, sonrío en tu refregarlas en mi espalda con esas tetas gloriosas de diosa caída,arrastrándote, serpeando lo que no es tuyo, y jamás lo será. No pretendo encerrarte en una burbuja que sea nuestro mundo particular, solo quiero vivirte, fumarme algo, mientras te veo sentado desde lejos, sabiendo que pese a tu hablar, vuelves cada vez a mí, hasta que ya no esté, y dejes de encontrarme, porque soy a tu imagen y semejanza…no podría cazar lo que no existe, cariño mío.


Atrevido (porque obedezco tus órdenes), insolente en tus piernas de porcelana, disfruto hasta la punta de cada pelo en mi piel, sumergirme en esos labios superiores de locura, inferiores de placer, abriendo toda su empapada moralidad a mi lengua endurecida, batiéndola gruesa hasta el calambre, hasta beber todo el caldo dulce, o salado, según lo que haya alimentao tu cuerpo. Gozo hasta la pérdida de conciencia el beberte, y que seas MÍA en esos pequeños instantes, en que en una risa, (carcajadas que se persiguen suaves y estruendosas) que conozco, contienes el decirme "te amo" xq resulta my peligroso a la mirada que lentamente se viene después que te has ido en mi boca, y tus ganas de acariciarme, y el jaleo que hacen tus dedos por evitar tocarme con ternura…

Yo,cariño mío, solo me dedico a disfrutarte, y repirar de tu piel, cuando ya te has ido de mí.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Respuestas

Eres un hijo de puta!, siempre ensucias todo con esa maldita frase, que más dá si lo sientes, no me importa en lo absoluto... ¿sabes por que ?, Por que tengo a una veintena que me dicen lo mismo... ¿por que lo tienes que arruinar ah? yo desesosa de montarme en tu carne, de exprimir cada centímetro, de robarte un quejido y tú... te me hablandas, ¿por qué!!!? acaso no entiendes que el domar y subyugar va más allá de esa frase. Yo soy la única, a aquella a quien no se le dice nada, yo soy aquella que atormenta con su ausencia, te llena con su sexo, quien te abre las heridas con mis colmillos y las cierra con mi lengua de serpiente. Yo soy esa puta a quien debes pagar con la indiferencia, soy el pequeño demonio en tu oído izquierdo que susurra tu nombre en incontables jadeos, soy la loba agazapada esperando deborar al incauto. Eres delicioso, sobre todo cuando te veo como a la pequeña presa que eres, me excita sentir que al verme te sepas en problemas, que tú cuerpo es mío y de nadie más, te enseñé a morder cariño pero no a masticar... perro presuntuoso ¿acaso crees que en tu estúpido mundo ideal estaré contigo por siempre? Imbécil a mí no se me caza con esa estúpida frase... imbécil.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Preguntas

Enciendo un cigarrillo... el humo realiza graciosos espirales que me recuerdan tus cabellos enredados en mis torpes dedos. Hace una hora que te fuiste, cerraste la puerta con fuerza y el portazo me sonó a signo de interrogación. ¿Que dije ahora? me pregunté, mientras saboreaba tu saliva tras el último beso...¿que dije? y  el vino caía sobre el piso, ¿sabías que eres especialista en hacer cuadros surrealistas con nuestra historia?. La última vez que te fuíste me abofeteaste con fuerza y luego me mordiste los labios hasta sangrar... no reaccioné, ¿acaso habría de hacerlo?. Tomé la copa del suelo, la llené de vino hasta el borde y bebí lentamente su contenido de una vez.... lo hacíamos juntos ¿recuerdas?. Veo desde mi silla favorita aquel pequeño arete que se te extravió la penúltima vez, no lo he recogido... su posición me recuerda como se te cayó, esbozo una sonrisa...
y veo tus labios de durazno posándose en mi piel... y luego recordé lo que te dije... "Te amo"