jueves, 25 de noviembre de 2010

Touché

La lengua culpable en puñal alzado remonta  tus caderas en  húmedas olas, que custodian celosas la entrega de tus quejidos, siendo el toque directo de tu piel  el cómplice en el afán perdido de mis dedos, perros desobedientes hambrientos de la carne… tu carne.

 Mi sed fustigada reposa en tu cuello…navega en el compás de tus labios, libando la sexualidad derramada de la copa enclaustrada, dulcificando la agria ausencia de tu perfume.

Tu cuerpo… tatuado a fuego y definido en hielo sobre mi piel, reclama tocarte en un mensaje silencioso, en una palabra furtiva, en un ayer imperecedero…

lunes, 15 de noviembre de 2010

Carta sin destinatario


18 julio 2012
Dejaste la puerta abierta y el aire entrelazado entre preguntas y dulces momentos. Ok lo reconozco que es de tu esencia partir así …sin más. Ya hace un mes que no sé de ti, tal vez la creatividad se hizo agua entre nuestras manos, yo tocaba y tú cantabas ese era el trato y si bien es cierto nos dábamos nuestras licencias más allá de la típica cercanía física, reconozco que sobrepasamos el límite creativo. Pero me debes conceder que eso hacía más intenso nuestro trabajo. Recuerdo aquella vez de invierno en que revisabas mi ordenador buscando alguna pista o un sampler para nuestro tema, yo sentado miraba esas caderas tan tuyas moviéndose al compás de un erótico triphop, solté la guitarra y fui lo más predecible que pude ser en ese momento… lo demás ya lo sabes.
Esta carta me  sabe a nada y lo más probable que a vos también, no es pretenciosa ni estudiada pero ahora en este momento tu ausencia me llega como un ladrillazo en las sienes. ¿Qué hago sin tu voz?, ¿Qué hacer ante la ausencia de tu cuerpo?, podrás responder con tu característico tono… ”¡hey! es costumbre no?”. En otras circunstancias te diría que si… hoy no tengo ganas de discutir con vos. Lo curioso de todo esto es que mis dedos me duelen al tocar las cuerdas y su acero. Nunca lo supe y tal vez al crear el track list en mi I-Pod inconscientemente lo reconocía, reconocía tu partida “vale -me dije- escucharé música en español…” no sabía que estos temas escogidos me sonarían tan propios, tan nuestros hoy.
Un café, cigarrillo y música… me encantaría tener otra taza a quien servir
Dos palabras.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Insolentes son tus piernas, largas, fálicas, contorneadas, blancas, suaves y seductoras como el frío mármol. Sabes que detesto el efecto que producen en mí, las veo y mi voluntad cesa, mi libido se dispara y caigo ante vos rendido, me veo obligado a besarlas, hacerles un altar mientras tú orgullosa me miras con desdén. Antes todo era normal, pero ahora que sabes mi debilidad siempre te las arreglas para hacerme sucumbir, una pequeña esclava en el tobillo, unos tacos de aguja perfectos, unos zapatos que brillan por sus encajes, unas medias acanaladas desatan al perro fiel, aquel que no cesa de lamer, ahhhh tus dedos en mi boca, tu tobillo en mis labios, tu pantorrilla en mi lengua, deseo irrefrenable que quema como el hierro fraguado en el horno de Satanás. No me lo prohíbas déjame por esta vez beber de tu fuente, oler la carne abierta, hundirme en el sonrosado abismo y arrancarte el orgullo en un canibalesco festín.