jueves, 18 de enero de 2018

Un gesto simple

Y sin entenderlo ahí estabamos, sentados frente a frente, separados por aquella mesa que tanto te gustó ... nunca tuvimos esa mesa y ahora la tenemos?. Dos segundos sólo fueron dos segundos en que nos percatamos que sin conocernos del todo sabíamos a quien teníamos al frente, dos segundos que antecedieron al gesto más simple pero lleno de significado en nuestras vidas. En un solo movimiento nuestras manos se tocaron, primero las palmas y luego inmediatamente, tal vez concientes ambos de la brevedad de todo, nuestros dedos se entrelazaron en paz, quietud, calor, añoranza, fe, entrega, compromiso y nostalgia de ese tiempo extraviado de nosotros que clama por existir en este único presente.
Fueron segundos de gracia eterna que saldó toda deuda en mi. El sabor de tu presencia aún la siento en mi mano, es como aquel recuerdo mudo y elegante que son tus ojos. Ojos ausentes de un rostro sin nombre, ausencia que contrasta con la certeza de saberte ahí conmigo, certeza basada en el solo hecho de saber que eres tú quien da significado al todo con eĺ Sol y su Edad