martes, 16 de febrero de 2010

un decir...

Puedo recopilar fracciones de la ingenua dosis de tus labios por mi navaja, descifrar el código de los poros de tu piel, vagar murmurando tu sexo, al primer atrevimiento, a ojos cerrados, apretar mis manos a la muerte de la risa, en las flores del durazno, puedo ir lejos, correteando mi sombra, vagabundeando de mí, como vagan heridos los Gitanos…
Seré el único, el primero en acceder tu curiosidad, en enseñarte los dotes de esa musculatura abierta, mojada a mis instrucciones de diablo borracho, te dejaré preñada de orgasmos, y cuando supliques por calambres, que basta…te entraré hasta que las sienes se nos pisen de nostalgia. Desaparezco, no me esperes, aprenderás mi nena, hasta un buque te dará ansias, y yo…yo no dejaré de amarte aunque me valla.

Atentamente,

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