jueves, 11 de febrero de 2010

Que puedo decirte...


Que puedo decirte…

Misivas son fáciles de decir, y frotarme con tus palabras nunca será lo mismo que tenerte al filo de mi boca. Pero al menos tengo fresco todo eso que hicimos para memorarlo y así mantenerme temporal en este exilio de tu cuerpo del cual aún no me desprendo. Ni de tu olor, ni tu aliento pidiéndome más…

Sabes, preparo todo para cenar contigo. Es una locura si, aquella vez en la cocina y los vinos… todo me recuerda a ti… Cenar contigo es un decir, estás en todo y no estás, y estoy hasta excitada de solo recordarte. A ver si no me quedo sin cenar igual que esa vez… No… no podría ser… quien levantará mi vestido mientras hago las lianas de mango, y hundirá su mano en mi delatora humedad... Solo tu mano en mi cadera ya era motivo de desconcentración….

Dame un segundo… ya casi regreso, alguien toca a la puerta…



Beb

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